La escuela que soñamos
Camila Estigarribia ; Servando García Lugo
NOMBRE DEL COLEGIO, MUSEO, ASOCIACIÓN:
Escuela Bolivariana, Nivel Básico, Guzmán Blanco.
CIUDAD:
Caracas.
PAÍS DE ORIGEN:
República Bolivariana de Venezuela.
ESPACIO PÚBLICO SOBRE EL QUE SE HA TRABAJADO:
Escuela.
MODALIDAD DEL PROYECTO:
Talleres en horario escolar.
EDAD Y NÚMERO DE LOS NIÑOS PARTICIPANTES:
6-12 años.
156 participantes.
FECHA EN LA QUE TUVO LUGAR LA ACTIVIDAD:
Octubre de 2016 y julio de 2017.
OBJETIVOS DIDÁCTICOS DEL PROYECTO:
Que los niños y niñas de la Cota 905 se apropien, del rol protagonico, en la transformación del medio físico donde estudian y habitan por medio de un proyecto arquitectónico desarrollado por ellxs a través de herramientas que el diseño colectivo y la educación popular nos permitieron pensar y explorar sobre el territorio.
PRESUPUESTO:
4.500.000 Bs.
Transcripciones
Para el mundo entero:
somos un grupo de niños y niñas del barrio de la cota 905, en caracas, que nos encontramos siempre en la escuela y ahora nos pusimos a pensar en cómo necesitamos que se transforme en algo nuevo.
Por eso, jugamos, dibujamos, armamos propuestas, y experimentamos formas en que nos gustaría vivir allí.
Todos estuvimos de acuerdo que ahora la escuela está fea y a veces, jugando, le decimos “a escuela del terror” porque es muuuuuy pequeña y no se puede jugar. Nos golpeamos con todo: con los pupitres, las sillas, las puertas.
Si fuera más grande, correríamos más y eso si sería divertido.
Tiene que ser una escuela hasta el cielo para que venga quien quiera. Necesitamos ver bien, entonces se nos ocurrió que tenga un techo grande con muchísimas ventanas para poder ver afuera y un telescopio para usar de noche y así ver las estrellas y la luna.
Si ponemos ventanas de círculo o en forma de corazón, en todas las paredes, podríamos mirar a las abuelas cuando hacen mercado.
También pensamos en los colores porque no nos gusta nada que sea oscuro y como idea genial, se nos ocurrió que los espacios estén divididos por color y así podemos ver el mundo de diferentes maneras.
También quisimos opinar sobre las cositas chiquitas, que son los detalles que siempre son lindos pensar. Entonces, nos gustan los pisos de cerámica porque parecen limpios y patinan y eso es divertido para jugar y resbalar. Y si tiene mil pisos para arriba podemos jugar a subir y bajar.
Y no nos olvidemos de pensar en cómo queremos que huela nuestra escuela nueva y lo mejor es que sea a comida. Que huela a pollo frito, a flores, a fruta y verdura
y hay que agregarle cosas para que la escuela sea distinta a las otras escuelas. Una sala con mariposas o muchos payasos. Podemos hacerla con alas en cada salón por si necesita salir volando o que se desarme como un juego o que apretemos un botón y se desaparezca.
Igual eso sería por las dudas, porque todxs estamos de acuerdo con que la escuela que soñamos, queremos que dure para siempre.
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Camila Estigarribia ; Servando García