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Proyectos en Colombia

Vivencia de la arquitectura: Memoria, narración y representación

Buenaventura, Valle del Cauca

Equipo que desarrolla el proyecto

Dulima Hernández, arquitecta.

Jorge Enrique Arango, arquitecto.

 

Contacto

dulima.hz(at)gmail.com

jearangomejia(at)gmail.com

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PROYECTO

 

Antecedentes

Partiendo de nuestro contexto, nos preguntamos sobre la forma en la que tradicionalmente se ha iniciado la formación de los arquitectos en Colombia, verificando que generalmente se parte de referentes foráneos y pocas veces se tiene en cuenta la cultura propia del estudiante y su relación particular con los lugares habitados. Como lo advierte Saldarriaga (2006)[1]: “Lo usual en un proceso de aprendizaje ha sido alejar al estudiante de su propia experiencia y situarlo en un plano abstracto para, desde allí, proponer proyectos que modifican un entorno que no se entiende del todo.”

 

A partir de esta reflexión,  proponemos un ejercicio de memoria y recordación de una vivencia significativa relacionada con el espacio habitado, buscando inicialmente, conocer historias de vida de los jóvenes participantes, que nos permitieran entender tanto sus maneras de vivir el espacio, como de habitar su territorio, al igual que comprender elementos de su cultura.

 

Descripción

Línea de la propuesta: Formación en Arquitectura y Educación

 

Población: Jóvenes de 15 a 17 años.

[Este trabajo se realizó en la Universidad del Pacífico con jóvenes que aspiraban a estudiar arquitectura.]

 

Contexto: Buenaventura es una ciudad-puerto del departamento del Valle del Cauca, ubicada sobre el Océano Pacífico con 500 mil habitantes aproximadamente. Actualmente, en el puerto se moviliza el 70% del comercio exterior colombiano. Sin embargo, la riqueza que circula no se ve reflejada en la calidad de vida de sus habitantes, siendo una ciudad con un alto índice de desempleo, de atraso social y de violencia extrema ejercida por bandas criminales, paramilitares y narcotraficantes.

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Objetivos

Este ejercicio de interacción con la memoria, se plantea como una invitación a pensar el espacio habitado, desde su experiencia vital, particular y única. Pretende hacer conciencia de la presencia de la arquitectura en la vida e invita a vivirla conscientemente. Se propone explorar en la percepción del pasado (memoria); estimular la sensibilidad desde el sentimiento y la emoción que implica el recuerdo; para luego, acceder al acto creativo de la narración, la expresión y la representación.

 

Resultados

Partiendo de la idea que la arquitectura siempre está presente aunque no siempre se haga consciencia de ella, el ejercicio se propuso en cuatro momentos: 1. Memoria de una vivencia asociada al espacio habitable. Les pedíamos que recordaran una experiencia que tuviera una significación especial en su vida, en la que un espacio arquitectónico o urbano tuviera una presencia evidente; 2. Narración del recuerdo. Debían hacer un relato escrito de dicha memoria, describiendo detalladamente los espacios; 3. Representación gráfica. Debían representarlo a través de un dibujo o una pintura; 4. Puesta en común. Cada uno debía narrar su historia al grupo y exponer su representación.

 

Los jóvenes, a partir de su propia experiencia, memoria, cultura y capacidad de expresión, fueron capaces de interpretar un momento de su vida cuya fuerza estaba centrada en el espacio habitado.

 

Los disímiles relatos de dichos recuerdos permitieron leer las circunstancias que han posibilitado construir una historia particular, una vivencia personal o familiar a partir del espacio público o privado, ya sea a nivel rural o urbano, del barrio, la aldea o el territorio, y desde la vivienda con sus diferentes espacios de habitación, así como espacios educativos, comunales, lúdicos, entre otros. La puesta en común de sus historias, les permitió compartir las experiencias propias con las del otro, comparándolas y relacionándolas en el encuentro de la vida.

 

El ejercicio consiguió que a partir de sus vivencias, reflexionaran sobre su perspectiva respecto al otro, sus contextos y valores culturales, sus similitudes y diferencias. Igualmente, logró que desde su cultura como punto de partida, asumieran consideraciones respecto a la arquitectura en la que conviven, con sus valores, creencias y maneras de ver la vida. Esperamos que para estos jóvenes, dichas reflexiones sean el inicio de su proceso de aprendizaje y se conviertan en referente obligado de su práctica.

 

 

 

[1]    Saldarriaga, Alberto (2006). La Arquitectura como experiencia. Espacio, cuerpo y sensibilidad. Villegas Editores.

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